Se llamaba Jessica Devlin. Y viajaba al norte para reclamar su herencia. Mas eso fue todo lo que se le dijo en el hospital después del choque del tren. Ella no recordaba nada. Los detalles debían ser correctos, porque nadie tenía razones para mentirle. Entonces, ¿por qué se sentía tan incómoda con su identidad e incluso con la ropa que según le habían dicho le pertenecía? Todo el mundo fue muy amable; especialmente el primo de su padre, James Bentley, pero, ¿tenía él un motivo oculto? El tiempo lo diría.
Aunque la novela promete mucho, pues es un caso de amnesia, como los que a mí me gustan, pues la verdad no es muy buena. Desde el inicio se sabe la verdadera identidad de la prota, y eso así como que no tiene chiste, lo bueno es ir descubriendo quien es ella en realidad. Además no hay química entre los protas, no sé… es como una química muy forzada, como que no encaja con la historia. La verdad no es muy buena, no la recomiendo…

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